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Después de que las bombas estadounidenses devastaron Hiroshima y Nagasaki, el emperador Hirohito llamó a los japoneses a prepararse para "soportar lo insoportable" y se ofreció al general Douglas MacArthur para ser juzgado como criminal de guerra. Más tarde reconoció que el pueblo era soberano y que la creencia de que era un semi-dios era solo un "mito". Leer más