“Dividir” el mundo en 24 horas fue un invento canadiense y en 1884 Washington decretó que Greenwich sería el punto cero de esa nueva organización del tiempo. “¿Es posible mentirle a los husos horarios?” se pregunta el autor. La geografía no siempre acompaña los apremios del cuerpo, la política y las obligaciones. Leer más