Nunca se asumen las responsabilidades por hechos graves que comprometieran el desarrollo económico de la Nación, y habitualmente los discursos políticos enmascaran los hechos, para que no se adviertan los propios errores cometidos, aunque dejando los escrúpulos de lado se podría decir que no se trató de errores, sino de negocios perfectamente articulados. Leer más